El verano supone un desafío especial para la piel. La exposición prolongada al sol, el cloro de las piscinas, la sal del mar y los cambios de temperatura pueden comprometer la barrera cutánea, provocar deshidratación y acelerar el envejecimiento prematuro.
Desde Atlantia, queremos ayudarte a proteger y mantener la salud de tu piel con consejos prácticos y fundamentados en dermatología. A continuación, detallamos cinco errores frecuentes y cómo evitarlos.
1. Aplicar el fotoprotector solo una vez al día
Uno de los errores más comunes es aplicar el protector solar únicamente por la mañana. La radiación ultravioleta (UV) sigue actuando durante toda la jornada, y la sudoración o el baño reducen la eficacia de la protección.
Nuestra recomendación, es reaplicar el fotoprotector cada dos horas y siempre después de bañarse o transpirar. Se recomienda utilizar fotoprotectores de amplio espectro (UVA y UVB), con un FPS mínimo de 15, adaptado al tipo de piel y a la actividad que se vaya a realizar.
2. Descuidar la hidratación de la piel
La piel pierde agua más rápidamente en verano debido al calor y a la exposición solar. Una hidratación insuficiente puede alterar la función barrera, favorecer la sequedad y aumentar el riesgo de irritaciones.
Aplicar productos hidratantes tras la ducha, preferentemente con texturas ligeras y de rápida absorción que contengan activos calmantes y reparadores. Ingredientes como el ácido hialurónico y el aloe vera son especialmente eficaces.
3. Exfoliar la piel en exceso
Aunque la exfoliación ayuda a eliminar células muertas y mejorar la luminosidad, hacerlo de forma excesiva en verano puede aumentar la fotosensibilidad y dañar la capa protectora de la piel.
Limitar la exfoliación a una vez por semana y emplear exfoliantes suaves, evitando fricciones agresivas. Después de exfoliar, es imprescindible reforzar la hidratación y evitar la exposición solar directa.
4. No proteger zonas específicas y sensibles
Las orejas, el cuello, el escote, los labios, las manos y el empeine suelen olvidarse al aplicar el fotoprotector, a pesar de ser áreas especialmente sensibles a la radiación solar.
Es muy importante, extender el uso del fotoprotector a todas las zonas expuestas y reforzar la protección en áreas más vulnerables.
5. Reducir la fotoprotección a los días de playa o piscina
Existe la creencia errónea de que la protección solar es necesaria solo durante actividades al aire libre prolongadas. Sin embargo, la radiación UV afecta a la piel incluso en días nublados y durante trayectos cortos.
Integrar el fotoprotector como último paso de la rutina diaria de cuidado facial durante todo el año, aplicándolo también en ambientes urbanos y en actividades cotidianas.
La importancia del aloe vera en el cuidado post-solar
Tras la exposición solar, la piel necesita regenerarse y recuperar su equilibrio. El aloe vera puro es un ingrediente altamente valorado por sus propiedades hidratantes, calmantes y reparadoras. Gracias a su contenido en polisacáridos, aminoácidos y vitaminas, ayuda a aliviar el enrojecimiento, reducir la inflamación y potenciar la regeneración celular.
En Atlantia apostamos por el uso de aloe vera puro de cultivo ecológico en Canarias, garantizando su máxima pureza y eficacia.
Incorporar el aloe vera en la rutina post-solar es clave para mantener la piel sana, confortable y protegida durante todo el verano.